domingo, 4 de noviembre de 2012

Reflexiones postraumáticas

Estos últimos días he pensado harto sobre los acontecimientos que consideramos como malos. No se si les ha pasado, pero cuando les pasa una cosa mala, prontamente pasa otra y otra, llegando incluso a parecer que estamos metidos en uno de esos programas de bromas en dónde prueban el límite de la paciencia. 

Ahora con mi familia estamos en esas. Las cosas de mayor gravedad que nos han sucedido es que hace un poco más de una semana con mi papá y hermana tuvimos un accidente en auto, acontecimiento traumático que aún nos tiene con consecuencias físicas. Por otro lado, mi pequeño sobrino, que tiene menos de un mes de nacido, está internado en la UCI (que terrible es escuchar esa palabra, UCI) sin que aún le den un diagnóstico claro de lo que tiene.

Cuando uno se ve en estas circunstancias lo que más valoramos son las vidas y el bienestar de las personas que amamos, por tanto no se qué tan malo es que de vez en cuando nos pasen estas eventualides. Supongo que es necesario que algo nos ocurra cada cierto tiempo  para que podamos reflexionar sobre nuestras vidas, de nuestro actuar, acerca de cómo nos desenvolvemos con el resto de las personas, y de que aveces le tomamos mucha importancia a cosas que en realidad no la tienen.

Ahora bien, dentro de todo con mi familia estamos bien, estamos unidos, mejor de ánimo y agradecemos el enormemente cariño que hemos recibido de parte de mucha gente. En estos contextos uno se da cuenta de las personas que te están apoyando, y de verdad me ha sorprendido la enorme cantidad de amigos y conocidos que esta constantemente llamando, preguntando, enviando mensajes y visitándonos. Les agradezco todo su amor.

Lo único que anhelo con todo mi corazón es que mi sobrino se recupere pronto, y podamos tenerlo en casa nuevamente.

Les dejo mucho amor,
D.


Fotos de la Primera Compañía de Bomberos, Pichilemu.  


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